Pero ambos métodos tienen sus pegas. Windows Update sólo funciona en Internet Explorer, requiere del uso de ActiveX (cosa que no siempre será posible) y a veces es un poco pesado. En cuanto a las actualizaciones automáticas, descargan únicamente las actualizaciones de seguridad críticas y suponen una conexión permanente con Microsoft que más de uno preferiría evitar.
Y eso por no contar lo más importante, la conexión a Internet. Con ambos métodos necesitas descargar los parches de Internet cada vez que instalas Windows. Esto no es mucho problema si lo haces muy de vez en cuando o sólo en un equipo pero ¿y si tienes que instalar decenas de equipos a la vez? ¿Y si no quieres descargar lo mismo cada vez que instalas Windows?
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